“Yo creo que mi visión, mi
concepto de mis dificultades, es lo que está en los ojos de los demás, no
internamente en mí, porque yo me siento como cualquier otra persona capaz de
desarrollar las cosas que todos hacen”, nos dice Andrés Felipe Giraldo
Fernández, Asistente del Grupo de Contratación y Compras del Centro de
Logística y Promoción Ecoturística del Magdalena, cuando le preguntamos acerca
de su experiencia al vivir con esta dificultad motora adquirida al momento de
nacer por una hipoxia neonatal y del impacto que su característica condición ha
dejado en los demás.
“Es un milagro que Dios salvara
mi vida y la de mi mamá, y le doy gracias a Él por haberle dado a mis padres la
sabiduría para orientarme en mi desarrollo, soltándome como una persona común y
corriente como fue su anhelo, en mi casa, viviendo mi juventud delante de las
otras personas sin importar mi condición”, este Contador Público de 26 años,
nos cuenta que la forma como enfrenta las dificultades, muchas veces ha logrado
impactar a sus amigos de la infancia, a tal punto que ellos se han confrontado
a sí mismos colocándolo de ejemplo para salir adelante.
Graduado de la Universidad del
Magdalena en el año 2010, Andrés Felipe se vinculó al SENA en el mes de
Diciembre de 2011 por medio de una compañera, amiga suya que le ofreció
reemplazarla en el área de presupuesto y más adelante en al año siguiente, hubo
una vacante por convocatoria, pero la persona elegida no pudo formalizar su
contratación y entonces cedió el cargo a alguien que estuviese vinculado con la
entidad anteriormente y pensaron en él, pudiendo ingresar así a la entidad, “al
vincularme no encontraron ningún impedimento, por el contrario, les gustó mi
trabajo desde la primera vez que pude trabajar aqui, les gustó mi desempeño
profesional, quede grabado en sus mentes por cómo me pude desenvolver en ese
corto tiempo, como entendí muchas de las cuestiones a manejarse aquí, en un
momento crítico que era a fin de año y eso fue lo que les animó a volverme a
llamar cuando hubo la necesidad”.
Al principio el reto de trabajar
en el SENA tuvo sus dificultades por ser algo novedoso para él, pero la
experiencia ha sido muy gratificante, Andrés nos reitera que ha aprendido mucho
profesional y personalmente, que su labor lo ha ayudado a desarrollar más sus
capacidades como contador público, aportando sus conocimientos al área donde se
encuentra, encontrando un gran grupo de compañeros que lo apoyan y lo animan
diariamente, “ciertamente sí me exigen bastante porque ven que yo soy capaz y
cuando veo que directivos, compañeros y líderes de la institución me resaltan y
veo cierta admiración de la gente con quien comparto, mis amigos y compañeros,
digo, esto es lo más memorable que me ha dado el SENA, lo más valioso, la
amistad”.
A Pipe, como cariñosamente lo
llamamos, Dios le ha dado cierta gracia para poder llegar y transmitirle a los
demás, como el mismo lo dice; ha encontrado apoyo en momentos críticos en esos amigos,
compañeros de trabajo que han sido claves en su vida, y su mensaje: “sí se
puede, con Dios y con voluntad se puede salir adelante, aunque haya el
obstáculo más difícil o haya un muro de 100 metros de altura, se puede saltar,
y se puede seguir aunque haya dificultades, con Cristo y con Dios todo es
posible…”.